Vivimos en una época donde la Inteligencia Artificial (IA) ya no es una promesa del futuro, sino una realidad tangible que está reconfigurando nuestro entorno. Esta revolución tecnológica, que tiene el poder de optimizar procesos, analizar grandes volúmenes de datos y co-crear junto con nosotros soluciones innovadoras, nos brinda una oportunidad sin precedentes para abordar los desafíos sociales, medioambientales, económicos y políticos actuales de nuestra sociedad.

Más aún, el Perú, con su rica biodiversidad, legado cultural y espíritu emprendedor, se encuentra en una posición única para aprovechar esta era de la IA. Frente a un contexto internacional volátil e incierto, y a una recesión económica, el Perú puede encontrar en la innovación esta capacidad de desarrollo y de apertura para explorar caminos y soluciones diversas. Así, el nuevo desafío que tenemos es cómo nosotros desde nuestra humanidad podemos generar simbiosis con lo natural y lo digital para alcanzar la nueva ecología de la innovación.

Como sociedad debemos proyectarnos a ir más allá del cumplimiento y centrarmos en generar iniciativas con un propósito genuino. La innovación sin propósito es un barco sin timón y sin rumbo. Este propósito es aquel que generará no solo el crecimiento económico, sino también el bienestar y desarrollo sostenible de su población. Es hora de reflexionar sobre el legado que queremos dejar y cómo la innovación puede ser la herramienta para construir ese legado.

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