¿Anticipación como ventaja competitiva?
Estudio de trabajo remoto
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Articulo escrito por Jorge Medina, prospectivista estratégico de FutureLab
En un mundo con un alto nivel de cambio, totalmente acelerado por el desarrollo tecnológico, con múltiples perspectivas generadas desde la globalización de la información, y claramente con abundante incertidumbre, las herramientas estratégicas para planificar las organizaciones empiezan a ser cuestionadas.
Seguramente muchos han escuchado de otros gerentes o CEOs la frase de moda: “No podemos planear más allá de un año en este contexto en el que vivimos” y por lo tanto se vive un mundo organizacional en la inmediatez, en la preocupación constante del qué va a pasar y cuánto tiempo vamos a sobrevivir como empresas. Esta preocupación es más común de lo que muchos pensarían, sin embargo, es una inquietud que se puede trabajar y contrarrestar para brindar visión a las empresas y ser sostenibles; esto se logra a través de la prospectiva y la vigilancia tecnológica.
La prospectiva es un área de la administración que permite el entendimiento de posibilidades futuras en el mundo para que las empresas se puedan anticipar y tomar decisiones que las beneficie; esto no significa tener una bola de cristal o lanzar las cartas, está lejos de la adivinación.
1. La investigación científica, con lo cual se hace un análisis de las investigaciones asociadas a algún sector o gremio (farma, seguros, banca, etc), lo que nos permite evidenciar lo que se está investigando y desarrollando, por ende, lo que llegará a las organizaciones próximamente.
2. El análisis tecnológico, ya que es este el que está acelerando el mundo y a las empresas, por lo tanto, se investigan las patentes relacionadas al negocio, evidenciando cuáles son las tecnologías que lo van a impactar en los siguientes años.
3. Por último, una búsqueda de tendencias denominado COOLHUNTING, las cuales son investigadas normalmente por las grandes consultoras del mundo.
Con la anterior información nos podemos dar una buena idea de hacía dónde se dirige la industria y el contexto social asociado a nuestra empresa, por lo tanto, tener una primera visión de futuro para la organización.
El resultado final de un proceso prospectivo es crear escenarios, esta, es una de las principales diferencias con los procesos de planeación estratégica tradicionales, en donde solo se tiene una visión y se generan todas las apuestas a que eso se haga realidad; sin embargo, en un mundo tan cambiante, tener presente varias posibilidades o escenarios de futuro se hace fundamental, ya que se busca evidenciar de manera ágil cuál de ellos se está haciendo realidad para que la empresa pueda anticiparse y tomar decisiones; de esta manera conocer las tendencias y diseñar escenarios, le permite a las organizaciones un mayor campo de acción y con mayor tiempo para poder caer de pie frente a los obstáculos que el mundo les pueda presentar.
El segundo concepto inmensamente necesario para poder gestionar un proceso de construcción de futuro es: la vigilancia estratégica; este, hace referencia a la necesidad de monitorear constantemente la ocurrencia de los escenarios previamente mencionados, y la pertinencia de las tendencias que se plantearon como relevantes. Justamente la vigilancia estratégica es otro de los factores diferenciadores de un proceso de planeación prospectiva, ya que no está enfocada en la construcción del plan, como lo hace la planeación tradicional, sino en el seguimiento de los escenarios, tendencias y planes para comprender cómo maniobrar acorde al contexto.
La mejor forma de generar los procesos de vigilancia es a través de tecnología y modelos matemáticos que permitan en tiempo real recopilar la información relevante a monitorear y el análisis de la misma para la rápida acción; de esta manera no solo anticiparnos en el proceso de planeación, sino también, en la ejecución de las acciones estratégicas necesarias para la sostenibilidad del negocio.
Si podemos tener una pincelada de cómo podría ser el futuro desde el entendimiento de las tendencias, y adicionalmente, un modelo de vigilancia estratégica sólido, las empresas no tendrán que padecer el día a día, sino que tendrán la oportunidad de anticiparse como parte de su ventaja competitiva para construir el futuro que desean.
PROSPECTIVA: ANTICIPACIÓN COMO VENTAJA COMPETITIVA
Articulo escrito por Jorge Medina, prospectivista estratégico de FutureLab
En un mundo con un alto nivel de cambio, totalmente acelerado por el desarrollo tecnológico, con múltiples perspectivas generadas desde la globalización de la información, y claramente con abundante incertidumbre, las herramientas estratégicas para planificar las organizaciones empiezan a ser cuestionadas.
Seguramente muchos han escuchado de otros gerentes o CEOs la frase de moda: “No podemos planear más allá de un año en este contexto en el que vivimos” y por lo tanto se vive un mundo organizacional en la inmediatez, en la preocupación constante del qué va a pasar y cuánto tiempo vamos a sobrevivir como empresas. Esta preocupación es más común de lo que muchos pensarían, sin embargo, es una inquietud que se puede trabajar y contrarrestar para brindar visión a las empresas y ser sostenibles; esto se logra a través de la prospectiva y la vigilancia tecnológica.
La prospectiva es un área de la administración que permite el entendimiento de posibilidades futuras en el mundo para que las empresas se puedan anticipar y tomar decisiones que las beneficie; esto no significa tener una bola de cristal o lanzar las cartas, está lejos de la adivinación.
La prospectiva se basa en información de alto valor desde 3 perspectivas:
1. La investigación científica, con lo cual se hace un análisis de las investigaciones asociadas a algún sector o gremio (farma, seguros, banca, etc), lo que nos permite evidenciar lo que se está investigando y desarrollando, por ende, lo que llegará a las organizaciones próximamente.
2. El análisis tecnológico, ya que es este el que está acelerando el mundo y a las empresas, por lo tanto, se investigan las patentes relacionadas al negocio, evidenciando cuáles son las tecnologías que lo van a impactar en los siguientes años.
3. Por último, una búsqueda de tendencias denominado COOLHUNTING, las cuales son investigadas normalmente por las grandes consultoras del mundo.
Con la anterior información nos podemos dar una buena idea de hacía dónde se dirige la industria y el contexto social asociado a nuestra empresa, por lo tanto, tener una primera visión de futuro para la organización.
El resultado final de un proceso prospectivo es crear escenarios, esta, es una de las principales diferencias con los procesos de planeación estratégica tradicionales, en donde solo se tiene una visión y se generan todas las apuestas a que eso se haga realidad; sin embargo, en un mundo tan cambiante, tener presente varias posibilidades o escenarios de futuro se hace fundamental, ya que se busca evidenciar de manera ágil cuál de ellos se está haciendo realidad para que la empresa pueda anticiparse y tomar decisiones; de esta manera conocer las tendencias y diseñar escenarios, le permite a las organizaciones un mayor campo de acción y con mayor tiempo para poder caer de pie frente a los obstáculos que el mundo les pueda presentar.
La vigilancia estratégica
El segundo concepto inmensamente necesario para poder gestionar un proceso de construcción de futuro es: la vigilancia estratégica; este, hace referencia a la necesidad de monitorear constantemente la ocurrencia de los escenarios previamente mencionados, y la pertinencia de las tendencias que se plantearon como relevantes. Justamente la vigilancia estratégica es otro de los factores diferenciadores de un proceso de planeación prospectiva, ya que no está enfocada en la construcción del plan, como lo hace la planeación tradicional, sino en el seguimiento de los escenarios, tendencias y planes para comprender cómo maniobrar acorde al contexto.
La mejor forma de generar los procesos de vigilancia es a través de tecnología y modelos matemáticos que permitan en tiempo real recopilar la información relevante a monitorear y el análisis de la misma para la rápida acción; de esta manera no solo anticiparnos en el proceso de planeación, sino también, en la ejecución de las acciones estratégicas necesarias para la sostenibilidad del negocio.
Si podemos tener una pincelada de cómo podría ser el futuro desde el entendimiento de las tendencias, y adicionalmente, un modelo de vigilancia estratégica sólido, las empresas no tendrán que padecer el día a día, sino que tendrán la oportunidad de anticiparse como parte de su ventaja competitiva para construir el futuro que desean.
